A primera vista, el Eight Years in the Desert parece casi negro, pero después de una inspección más cercana, un carmesí oscuro comienza a brillar con un tinte púrpura en el borde. En nariz abundan notas de arándano maduro, ciruela negra, frambuesa silvestre, grano de café expreso, roble dulce y un toque de crema de menta y cedro. La entrada es como caminar por un túnel de paredes de terciopelo con mermelada de moras, fresa reducida y un toque de ruibarbo. Acidez brillante en todo el paladar, el vino se cierra con taninos redondos y maduros, pluot fresco y chocolate amargo.